Creo que todos tenemos un bosque sagrado escondido adentro de la mente. Una especie de tesoro vital con olor a pan dulce o menta granizada.
buena onda el sol brilloso de la tarde que calienta un toque las ventanas y las cosas que rodean a la ventana como tu brazo izquierdo o las plantas.buena onda la birra y el fernet espumoso que mi hermano me pasa ahora como quien entrega un hijo recién nacido a los brazos de un familiar. buena onda las gotas.los especiales de Tyc.el llanto descontrolado de un bebé al que le están creciendo los dientes.buena onda
A veces paso los días en diagonal. Voy caminando con el cuerpo tirado hacia adelante, desesperado por llegar a algún lado, como un corredor jamaiquino que quiere alcanzar la meta de una buena vez. Después me relajo y vuelvo a caminar normal. Los días que camino en diagonal no se guardan en mi memoria. Solo me acuerdo la forma horrible en la que caminé.
Estamos muy rodeado de cosas, de voces, de autos, de gente, de perros, de tele, de ruido, de miedos, de porro, de sexo, de todo, de nada, de algo, de mucho. Estamos muy rodeado de cosas y no vemos lo brillante del oro del pecho de adentro que tanto nos gusta. En fin.
Pensé que envidio a esa gente que va por la vida avanzando a paso firme y progresivamente. Yo, en cambio, voy pateando piedritas por el barrio, zigzagueando de un lado al otro y sin rumbo, mientras los perros me ladran detrás de las rejas y los autos me perdonan la vida.