O gorriones como decía Eva
Somos
como dos golondrinas
que viajan de norte a sur
siguiendo el calor del sol
y a riesgo de perderse
el camino las encuentra.
Me cansé de los moretones
Los fines de semana y los botines
juntan a los varones
como el alpiste a las palomas.
Adentro de la cancha
la virilidad rueda de un arco a otro,
en las tribunas de canto en canto.
Un día agarré una pelota,
le saqué todos los gajos,
descosí el hilo del cuero.
Cuando llegué a la cámara de aire
noté que el interior era frágil
y lo único que la salvaba
era toda esa construcción
para resistir golpes.
Intermitente
Arriba,
en la porción mezquina de cielo
sobre mi cabeza
hay estrellas que para verlas
es necesario hacer un esfuerzo descomunal.
Pero ahí están,
como todo aquello que por tibio
parece inexistente.
Volcán
Eso de percibir al fuego
solo en la noche
puede hacernos creer
que bajo la luz del día
lo único que arde
es el Sol
*
Pienso en vos
mientras un gato
camina por la cornisa.
La hamaca paraguaya
se mueve,
pende de un soporte,
apenas dos tornillos
sostienen mi cuerpo
¿Cuántos instantes viviste
para que tu adolescencia te transforme
como una naranja
que a pesar del ácido no pierde su dulzura?
*
La justicia social es un espiral
consumiéndose en una noche de verano
mientras un montón de mosquitos
esperan por tu sangre.
Nahuel Canteros (1993), nacido en el Conurbano Bonaerense. Estudia Políticas Sociales en la UNTREF y trabaja en Casa Minga, un bar cultural ubicado en Villa Ballester. Ganador del segundo premio en cuento (2021) de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) de Tres de Febrero. Tiene publicaciones en la revista Marambio, El Tresdé y revista Khe. Asimismo, en una antología de SADE y de Escrituras Indie.