Adivinaciones
Vas a volver de Argentina
y de alguna forma u otra vas a decir
que me extrañaste
que fui una pequeña ancla
en tu corazón de marinero de agua dulce
que llegaste lleno de barro y sol y roto
mientras acá llovía
llovía
llovía
no te imaginás cómo llovía
vamos a comer salmón y fumar en la ventana
dormir la siesta
y reconquistar
la tierra suspendida
en el fulgor secreto de la tarde
quizá nos toque en suerte alguna isla
voy a sentir como siempre
que el tiempo es espuma lenta
en un tacto adormecido de presencias
el tiempo día redondo
redondo redondo
no acaba
oíme
es la mañana
y no acaba
querré decirte
pero solo voy a mirarte
vamos a andar por Lisboa
como si fuera nuestra
o nos corriera bajo la piel
un río
el mismo amor desterrado
pulso-fantasma de todas las cosas
contra eso lucharemos
ofreceremos nuestro peso
a esta breve y extraña tierra
en donde el cuerpo dividido
se mueve con esfuerzo
en dos años
nos vamos a ir a Luanda
hablaremos la misma lengua
en un paladar menos cóncavo
más dulce así será querernos
contener el aire en la garganta húmeda
y hacer vibrar todo lo posible.
Habitar
La ventana de la cocina
da justo
a las traseras de un vecino
cada vez que abro la heladera
o voy a la alacena
acerco sin querer los ojos
dibujo movimientos
un mismo pensamiento
recurrente
una vez cruzamos mirada de frente
fue como si de repente
no hubiera
once metros de aire
quedamos muy cerca
en esa incomodidad
que paraliza
la vez siguiente lo saludé con la mano
aunque no llegué a ver
su gesto entero
yo había vuelto ya
a la torpeza de la heladera
a la materia
al frío de lo evidente
nunca más nos saludamos
ni nos miramos de frente
poco después descubrí
que también era inmigrante
durante un tiempo
la casa estuvo cerrada
y sentí algo así
como una ausencia
la falta de lo poco:
mis movimientos
en esa porción humilde de mundo
no eran más
que movimientos
un día volvió a aparecer
esta vez ya no tan de lleno
la ventana izquierda
reflejaba el sol constante
lo mantenía oculto
y él tampoco se revelaba
creo que a esta altura
cada uno presiente
el cuerpo del otro
nuestra respiración
es chiquitita y tenue
no hacemos mucho más
que un poco más
de lo mismo
de forma diferente
día tras día
en un año llamado
2022
no sé si es feliz
pero sé cómo habita el espacio
todavía siento
que finjo el cuerpo
en ese espacio reducido de la cocina
canto más
o menos
según el día
a veces solo abro la boca
de forma perfecta
me gustaría un día pedirle
ver mi propia ventana
a once metros de distancia
y el aire
pero nunca podré verme
nunca
¿y quién va a estar
del otro lado en la cocina
ensayando esta danza?
Canto nocturno a la patria
I
Mi amor más grande es la patria
como el primer amor
nunca muere
como el primer amor
engaña
pero es
en toda la dimensión
de su flanco en vuelo y partido
con todo el poder de su sombra
con el vientre en las manos me mira
y yo la miro
ya no podemos mentirnos
pero siempre le creo.
ahora estoy del otro lado del charco
un poco herida de los dos costados
creo que fui yo misma
“expa” se dicen
algunas gentes que se fueron
a mí la patria jamás podría expulsarme
me digo
patria patria repito
mastico la palabra tirana y gastada
patria yo te nombro
madre
tierra mía
heridamente hermosa
solo quiero
pisarte con los pies descalzos
reconocer en tu cuerpo
el mío
II
Llevo esta maceta en el pecho
y la riego todos los días
dios sabe
que me cuesta mantener vivos
a los seres vivos
ella duerme en su sueño
y en reverencia le doy agüita
pedacito chiquitito de tierra
le habitan insectos
que no sé cómo se llaman
la plantita crece deforme y lejana
no tiene cuerpo
es un espectro que brilla
y ya no habla ninguna lengua
a veces se me hace enredadera
y no me levanto
me tapa por las noches
y en el momento exacto en que despierto
tengo que hacer fuerza para nacerle
sin gritar
la huelo
le escupo palabras húmedas
titila resplandece me engaña
y yo le creo
ella me ama y yo la amo
en los brazos las espinas-estigmas
marcan el ritmo de mi cuerpo carente
me dan y me quitan el aire
en una patria que nunca podré llamar tierra
no es mi agua
mucho menos un fuego
solo le quiero ciertos sonidos
y le agradezco con humildad
muchas cosas
mi tierra-patria brilla nocturna
luciérnaga extinta pide agua
se me abre paso aleteando
con toda la fuerza
de su realidad inaccesible
cómo un vientre
podría expulsarme
y para siempre.
Abuela Marta
Mi abuela esperaba siempre
el momento en la mesa
el hueco justo
a medida que crecía
pensaba más en lo que tenía que decir
hacía una pausa
ensayaba la risa
repetía historias trayendo
las mismas palabras
yo estaba con ella
ya no estoy con ella
al final de su vida no supe apreciar
el amor en la repetición
el amor en el esfuerzo
el amor en la autoconciencia
de la vejez y la enfermedad
algunos pesos nos debilitan y después se elevan
al final me imaginaba
qué historias se tejerían al crochet
en su cabecita cansada
si la repetición tras repetición
de las mismas historias difusas
crearía otras certezas
otras imágenes
otra vida que pudiese contarse
cuando murió ya no tenía palabra
cargaba la mirada pesada
y aún había asombro y miedo.
La pregunta del fin del mundo o cómo cuidar
Para qué preguntaste ese día
qué me llevaría al fin del mundo
si tuviera que elegir
una única cosa
para qué si no me querías
no muy convencida
te dije
un libro
y vos te reíste
con tu risa de chico
había alcohol en el aire
pero éramos dueños
de nosotros mismos
entonces por qué retrucaste:
vos llevá el libro
y yo la semilla
para qué si no me querías
mientras tanto
tus manos decían:
conocimiento de río
y yo recibía
lo que no había buscado
y todo lo que no me estabas dando
el fin del mundo está cada vez más cerca
vos sabés pescar
yo no
sobrevivirías en la isla
y creo que yo también
pero tu isla no es mi isla
tengo el libro acá
no le distingo las letras
todavía estoy a tiempo
de elegir la semilla
y te agradezco el consejo
pero eso no tiene nada que ver
con nosotros
con vos
o conmigo
es siempre el artificio
que proyecto en el tiempo
y hiere
algunas personas prefieren
ese brillo de lleno
en la cara
¿eso es cuidar?
Ciertos espíritus
Se descascara cuando habla
se parte al medio como
la risa en una danza de cuerpos frágiles
del oído le crecen ramas
raíces y flores
con el sol
no las distingo
ella es toda pasado presente y futuro
alumbramiento eléctrico
en pleno acto
perfora el agua subterránea
que le sube alto hasta los ojos
y es como si llorara invertida
así son algunos espíritus.
Hembra
Un rejunte de huesos
una estantería de virtudes
que otros acomodan
un enigma indescifrable
el sexo coronado
que te precede
extractos de un cuerpo divisible
la producción en serie
de una carne
que se deshace entre los dientes
y sangra
la perfección alunada
la delicadeza asequible
un órgano que te tornó madre y virgen
y sierva
un objeto
administrado y dispuesto
a quehaceres y goces febriles
el hueco exacto
donde aliviar
el sexo atropellado
un vacío erigido
para incubar
los males y frustraciones
de una raza patria
una muerta
en la casa
en la ruta
en el baldío
en la noche histórica
de saberse hembra.