en el plano contrapicado de tu techo
en la madera a penas iluminada
yo sentí poesía
te juro
mi amiga
en la taza, en el vaso
en el silencio y el sonido
de la copa. En el vino
sentí poesía
en el bordo de la planta
y de la camisa
en el azul del marco
de tu dolor
sentí poesía
en el plano detalle
de tu boca dormida
en la felicidad de los perros
por una mirada y el anhelo
de caricia
en la manera de expresar de tu hijo
lo ví
en un gesto
yo no sé lo que es
la poesía amiga
te juro que sentí
en tus libros
sobre una mesa de luz
que no es mía
no sé lo que es
la poesía amiga
te juro que sé que no es
productiva
que no tiene
orden
pero siento que puede
embellecer
un instante magnetizar
el caos y
te juro mi amiga
nada me gusta más
que la vida cuando siento
poesía
*
Quise quedarme
en esa caricia
de cara a la noche
la primera de abril
Quise quedarme
en el requiebro en sus ojos
aquella mañana
que actuó para mí
Quise quedarme
en el abrazo en el medio
de la avenida del derecho
a decidir
Quise quedarme
en la impiedad del deseo
al borde
de la pequeña muerte
Quise quedarme
en el chamuyo puntual
de los pájaros del otro lado
del black out
Quise quedarme
en el beso
en la puerta de entrada a la casa
de su mamá
Quise quedarme
en cada gajo de mandarina que decoró
el desayuno a destiempo
quise quedarme
quise quedarme
quise quedarme
pero me fui
*
con un hilo, papel
y dos medias hice
un juguete para Leila
lo até orgulloso
a una silla y lo veo
pendular
puedo decir que es
rústico, casero, humilde
pero la veo
como hunde en él su ámbar
iris y golpea para verlo
pendular
en el aire lo acecha
repite
mítico el ritual
y siento
que es el juguete
más lindo del mundo
*
en un instante
por decirlo así
pauso el presente
con un pliego aprendido
en el pasado
y dejó siempre
el último doblez
para mañana
si alguien me mirase
sería solo un hombre
que juega con un papel
pero soy el que construye
cada día sin buscarlo
grullas blancas para evocar
a mi madre que fue
quien me mostró cómo se hacen
Estación Federico Lacroze
¿Se puede, amigo?
me pregunta un flaco y se sienta en el rincón
que me acovacha en el Urquiza
el tren arranca a destiempo
cruje por todos lados
si esto fuera un invento
diría que suena como una hoja de otoño
pero todo está pasando
y debo admitir que si este tren fuera una hoja
se siente tan frío
tan metálico
y tan peligroso
como una de gillette
sí, obvio
le respondo pero no me escucha
habla con su vieja
y yo pienso en la mía
¿tendrá frío?
¿comió algo hoy?
todavía no me animo a verla
pasaron seis meses
no es solo egoísmo
me convenzo
mientras suena en mi cabeza la Oración:
no pienses que nos perdiste,
es que la pobreza nos pone tristes
no hay remanso en este río que aprendí a ser
pienso y creo
aunque ella
alguna vez
fue mi lugar tranquilo
los años pasaron
y sin acomodar nada, se fueron
llevando todo
agarro las cajas que quedaron de lo que fui
esas que aun no pude revisar
no pude
tirar lo inútil y quedarme solo
con lo poco que sirve
Estábamos en la cocina de tu casa
muy ágil te diste vuelta
para empujarme
contra la pared
con una mano inmovilizaste
las mías por encima de la cabeza
la otra la metiste adentro
de mi pantalón
te dejé hacer mientras miraba
con el corazón al palo
en tus ojos los ojos de un animal
famélico y cruel
más tarde en el sillón
me preguntaste si era abuso
yo mentí que nunca
podrías abusar de mí
vos te enojaste por la ausencia
de poder
me quedé pensando
mientras fumaba
en la noche de tu barrio
que lo que nos unía
no era el amor ni el abismo era
la misma búsqueda
de un verdugo