del libro Cartografías mínimas (inédito)
I
Duermo encima de los árboles para no verte,
rayana a la locura
mis ojos solo van hacia arriba.
Abajo,
una tirada de cartas
en la que sólo salen espadas.
Pedir disculpas por anticipado
no sirve de nada,
advertida tu malicia,
te trato como una alimaña
que viaja silenciosa,
colgada de mi vientre.
II
dejar al mar venir con su hambre
En esta selva cenicienta
el sol es tan azul
que todo lo que alumbra
se ha vuelto un mar irrenunciable.
III
Lo que he sido en la caricia de la luz
sólo yo lo sé,
lo que he sido muerta y revivida
no podrías conocer esa belleza:
flotar en la tristeza más honda
dibujar con mi llanto
todas las paredes del mundo.
IV
soy la sombra del cuerpo
que está en otra parte,
viviendo lo que quiero.
V
Viejos demonios de besos atroces
pernoctan conmigo,
aquí es como si los muertos me lamieran los pies
toda criatura viviente muere en soledad:
¿Qué es este ruido de vida? ¿En qué eco quedé atrapada?
VI
desplomarse a la muerte con elegante ardor
Fui hecha para el mármol
y para el barro.
De esta tierra te creamos
a esta tierra te devolvemos,
de esta tierra te traeremos nuevamente.
VII
You will swing for it
Dos zapatos dejaron en el umbral,
son de la bruja muerta.
Viene y se los prueba,
taconea,
aúlla el coro de perros
en lo abierto de la noche.
VIII
Catálisis
Sin embargo hay un patrón,
una línea de búsqueda:
lo triste es
que esa línea está rota.
IX
Efímero amor
de la mariposa por la llama,
no es otra cosa, sino la muerte.