Instantánea
cuando me río con vos
todo parece torpe, como si el aire
no alcanzara
y me sorprende lo fácil que es exagerar el cuerpo
cuando uno quiere decir algo,
lo difícil que es encontrar la medida exacta de la voz
para que no se escape más
de lo que debería.
vos hablás lento, yo soy como
un perro que no entiende
el tamaño de su entusiasmo.
y entonces de la nada, recuerdo esa foto de Jeff Buckley
en el espejo, la cámara instantánea contra el pecho
en una especie de autopsia feliz:
un hombre que se sabe hermoso y triste
al mismo tiempo, detenido para siempre
en un disparo de luz.
me pregunto si eso somos
un flash desajustado,
un retrato donde nunca salimos nítidos.
me gustaría que
estar conociendote no fuera tan parecido
a mirar una foto vieja y sentir que hay un fantasma
cuidando lo que todavía no pasó.
me gustaría otra cosa y en cambio
aquí estamos,
vos diciendo algo sobre el vino, yo apoyando el vaso sobre la mesa
como si fuera mi corazón
y vos lo miras, lo giras, lo pruebas con la punta de la lengua
y después me preguntas si tengo sed
en un movimiento breve
una instantánea
que insiste
en quedarse.
me acuerdo
tenía ocho años.
estaba trepando el aparador
y mi mamá gritó mi nombre desde la pieza,
arriba sobre la cruz
un Jesús de yeso me esperaba
con la cara sucia y una grieta en la pared.
estiré mi mano
toqué los huesos de su costilla pulida
igual a la mía. después mis dedos
deshaciendo el polvo de su cara
su cuerpo la cruz
las agujas en sus manos
sentí por un momento
un cosquilleo
una electricidad
que bajaba por mi cuerpo
y hacía que mis pies tiemblen en la madera.
me pregunté para mis adentros
cual había sido el motivo, la razón
el origen
entonces lo tomé entero
lo saqué
que estoy haciendo, me dije
que estoy haciendo.
algo de todo eso
me hizo sentir como un monstruo pequeño.
King Kong sobre un edificio, inmenso
y lleno de fuerza.
algo de esa enormidad me roza ahora
mientras lo recuerdo.
sentado en un banco de la plaza
escucho los silbidos de los pájaros
veo los árboles iluminados
y sus sombras en el piso.
un hombre usa el celular
por la vereda, con la cabeza gacha
cruza al lado de una parejita
agarrados de la mano.
un señor de camisa, casi calvo
va por el medio de la calle
y se inclina, levemente, hacia el cordón.
otro de gorra, con una remera de la municipalidad
arregla los aspersores.
mi caso
es el de siempre, un ojo junto al otro
como una cámara de seguridad
esperando, día tras día
minuto tras minuto
eso que iba a suceder
y que nunca sucede.
hay personas que descargan aplicaciones
para frotar su piel con otras, o salen
de la peluquería con un corte diferente.
prueban otras maneras de tomar café,
especialidades. yo no lo intento.
hace días estoy mirando videos sobre un deportista sueco
que en el salto con pértiga logró un récord mundial.
me quedé pensando qué hermoso sería,
enserio, qué hermoso sería
si yo también
me animara a tomar carrera
me elevara a esa altura
o por lo menos, lo suficiente
para no fallar el salto y deslizarme en el aire
hacia el otro lado. pero sigo aquí, despistado
con el celular en la mano.
a veces
te entiendo, salís
con una botella de coca en la mano
salis a caminar por un pasillo en busca de ese otro ser
que habita en tu cuerpo y se esconde muy bien
muy muy bien
a veces
el te encuentra a vos
y sale por la puerta a hacerlo:
probar comida nueva. tomar un vinito. bailar en la fiesta mirando al cielo
tocar otro cuerpo del mismo sexo
es increíble
lo se
de un momento a otro todo es hermoso
porque algo se liberó
porque estas algo así como
pateando el cascarón
como un bebe en la panza
estirando cada músculo, cada partícula de tu ser
hasta que el sol te haga flotar, te haga deslizar en el aire
o girar como la tapita de una botella
cuando finalmente
se abre.
Uno de ellos
pasean
de esquina a esquina
por toda la casa
toda la noche. algunos
son grillos, otras son ranitas
con poco tiempo de vida.
a veces
pasan por alguna pieza,
la de mis papas por ejemplo
y los ven dormir. a veces
abren la heladera, después
se cepillan los dientes y
se detienen en mitad
del patio, levantan la vista
se quedan un buen rato enfocando la luna
y sus detalles.
con pequeños pasos en la noche
tratando de no molestar
y así
es como son.
después se esconden -no importa donde-
cuando se acaba el silencio
con los primeros silbidos de los pájaros
que rebotan en las paredes
como un despertador o
una trampa.
yo
soy uno de ellos.
todo es sencillo
Y sin embargo me asusto
con el perro del vecino que ladra
y ladra
cada vez que paso con el corazón desordenado.
aunque algunas mañanas
me acuesto boca arriba y me digo
“hace lo que necesites”
es sencillo, mau
solamente tienes 20 años
una familia
una abuela que a la siesta
se sienta frente al sol en silencio
sin necesidad de entenderlo.
puedes ver desde la ventana
algunas personas apuradas, molestas
o también a los chicos de siete años
mojados después de jugar en la lluvia.
aquí en mi barrio hubo una vez
un hombre que me saludaba de chico
arriba de una bicicleta
y tenía una cara demasiado tranquila.
como una forma de decir:
aquí pasó alguien
que nadie supo detener.
Es sencillo
me digo mientras el café se enfría.
Solamente respira. come las cosas
que te gustan
responde los mensajes
abrí la boca y modula
las palabras qué tienes miedo de decir.
sumergite
en las cosas que toman su tiempo
como los árboles en crecer
como los perros en aprender
a proteger lo suyo o chocar los cinco
como los platos sin lavar
que aún esperan su turno
en el agua.