Hiela la tierra
La rosa camina
No huele, hiele las mieles
Sabe partituras partir con afecto
Cuando vuela se lleva puesta
Encontrados cariños
Vuelve y retiene en el tiempo
Los colores que valiente defiende
Trasciende montañas de incertidumbre
Mientras siembra dolores para cosechar amores
Coinstruye junto a compañeros
Ideales perfectos de desbordante energía pura
Enseña y paciente ansía
Ver más que lo que puede observar
Su desnudez agota el cansancio y renueva las pieles
De un glaciar
siempre se empeña en sacarle una sonrisa a cualquiera
mientras sus ojos de ardilla se esconden en cachetes rosados
amena la rosa
ensancha el mundo.
El circuito
Se viene cumpliendo inefable
caras al horizonte lapidan la luna negra
intensidades que se transmutando peleando al caos inconcluso de hiel
la piel celebra y el pellejo
discursivamente plantea posición.
La luna está negra
circunferencia acérrima
la sutil destrucción de una misma.
La férrea sangre que late en cada molécula sacudida al afuera
somos lo que soltamos,
soltamos lo que ya no percibimos
preciso es el efecto de tan solemne precipicio
La hiedra se corta en plena faena estrechando vínculos con el más aquí, el entre mutante
convicción y
Luna negra,
líquida y lúdica
adónde nos indicas
adentro, a solazos oscuros
proyectando la herida.
Caras al sinfín, de pompa las bocas besan el suelo,
manos que sostienen invencibles la trenza que emerge
el cambio de colores y notas continuo.
y si cada instante del mundo
solo fuese?
y si la tragedia no acicalara cada cabello dormido en la pulcritud de la comodidad?
y si
el orden social no fuese más que una puja
de intereses
mediocres
pestilentes
pertinentes
indivualismo, pesimista
jerárquica y punzante en los entres de la entrega
Si no fuese
tan dicotómica la espera
la decidida mente
cubos y papeles que aletargan se arman y desarman como un niño sin más conductor que su reacción
fragmentos que se desunen en el destino de aquel dedo
que marca, siniestro
y no marcha,
mancha.
el agotamiento
residuo de corazones desastrosos y punzadas en el hígado
pequeña cicatriz,
enquistada perspectiva
si los pies no hallan el barro se prenden en el hartazdo de la continuidad volátil y se pospone la quimera de la hiedra
somos lo que seamos
y no lo que programamos
alguien nos pretende
para si, sin subjetividades
la tiranía tonta de aquellxs inertes materia.
cuánto de vos y de mí y de otrxs se pierde, se pierden.
el poder sublima sin quejarse, la materia se acumula en habitaciones vacías, los tumores se acrecentan.
orilla de mi sangre
calma la hora que aparezcas
con tus dedos pintados de óleo
y tu sonrisa de muñeca desafinada, imperfecta y serena
calma tu sangre, mi piel coagulada de instantes etéreos
sinceros y caricias de áspera espera
donde esta mi condición de deseo?
más que segura, residiendo desde el afecto
rastreo tus otredades ajenas de instantes míos
con tus ojos verdes parpadeando soles de allá lejos,
pa venirte mas sabia, bonita, y los ojos arrugados de caminatas
pienso en tus cascabeles y nadie se anima a preguntar quién podrías ser
mi salvia sabia
dulce y valiente
tus abrazos son mi patente con tus pechos abrigándome hábilmente
suspicazmente
una escalera caracol
entre sueños de Ombú, colores, obnubiladas huellas dactilares en mi cachete
sonidos pajarescos
no te tardes en contenerte, vuela florcita
y tu libertad pronto será compartida con la mía
tan desatinadas
que nos encanta que nadie nos encuentre
en el deseo tardío del cual dueñas
aunque residente,
vamos bailando permanentemente entre los quiénes
que
nos endulzan las paredes del quiebre
ansiando innumerables cambios sociales que nos remueve la intermitente energía oscilante,
desnuda y vacilante
libertad genuina
no somos lo que no somos
nos cruzamos.
nos conviene
nos acariciamos sin planearlo
innumerables momentos revolucionarios
que nos acercan a ser seres deseables en esta pacificación intensa
interna de intereses, reitero las cuotas
quiero el deseo
espero el dolor
porque la orilla se transforma en descinente de tus piernas ariscas
que me queman
y me permiten darme cuenta de que estamos cerca.
de la rebelión
y de tus pechos en mi corazón.
Voces alzadas, transmutadas, que van ganando firmeza a medida que avanza la lucha vociferando desde las que han callado, desde las que sobreviven, desde las que no pudieron: desde aquella voz que fue inerte y hoy penetra desde lo más hondo de la sororidad y enfrenta paradigmas para proponer el quiebre de lo que duele.
Piernas que se mueven al son de tambores y bombos, que descansan de tanto en tanto, que se cansan pero nunca -jamás- se desaniman y vuelven una vez y otra a maquinar el deseo de cambio, van al paso decididamente seguro: hacia delante.
Rostros que de a poco se van reconociendo como espejos de un mismo estigma que nos une en cada esquina de algún barrio, pinceladas como guerreras entre miradas organizadas que advierten desde una distancia cualquiera.
Puños elevados que ascienden como volutas gigantescas -sosteniendo el corazón y la razón -le hacen frente a los estandartes propicios de un machismo que ignora, mata, persigue, hostiga, acosa y acuña pensamientos y acciones que nos oprimen a diario y nos mata cada 25 horas.
La manada se encuentra estratégicamente para perpetuar la huella, seguir caminando, para accionar, exigir y frenar la distorsión innecesaria que nos aqueja y no nos permite ser libres.
Charlie Di Palma vive en Hurlingham. Estudia letras en la Universidad Nacional de Hurlingham. Escribe poesía y prosa desde temprana edad; aprendió teatro con Norman Briski y a partir de ahí se redescubrió en la escritura creando diversas obras de teatro y monólogos. Recientemente ha publicado artículos y poemas diversos en espacios como Revista Tendé, Revista 27, Sudestada, El Furgón, La Perla del Oeste, etc. Es militante en La Rotonda Cultural y hace unos años se sumó a los espacios de género y el movimiento de mujeres. Hace música desde los 15 años, pasando por varias bandas, formatos y estilos distintos. En 2009 salió de gira como bajista de Billordo, recorriendo todo el país y Chile. Actualmente se encuentra en formato solista, con varixs invitadxs en vivo que la acompañan en su proceso creativo actual. En varias canciones fusiona la guitarra con poemas. Toca y recita en varios espacios del conurbano bonaerense y CABA; está por editar su primer poemario con ilustraciones de la artista Lara Silisque, llamado Plenilunia.