Pánico en Villa Gesell: hay cuatro pumas sueltos por las calles
Noticia publicada en El Litoral el 15/07/2022
I.
Una muerte difícil
Seamos gentiles entre nosotros en este tiempo breve
porque moriremos en exilio, lejos de casa,
donde ni siquiera las flores podrán salvarnos,
sólo los vivos pueden ser sanados por el amor.
May Sarton, Contéstame, baila mi danza, 2020
Esta mañana
(…)
Te digo en las ráfagas de aire:
hoy una vez más
intentaré ser no violenta
un día más
esta mañana, despertando sin cesar al mundo
en el día violento.
Muriel Rukeyser, Contéstame, baila mi danza, 2020
cuatro pumas recorren el pueblo
uno escapó hacia la playa
un puma caminando en la arena
durante la noche
en invierno
es un acontecimiento sin duda
extraordinario
sus zarpas en la arena húmeda
el peso de su cuerpo
deslizándose
entre los médanos
mientras el mar va y vuelve
lamiendo la playa
por donde el puma pasa
corroyendo sus huellas
en la oscuridad
solo
la maravilla de su musculatura
contoneándose sobre la arena
ojos fosforescentes de gato
auscultando el aire duro y salitroso del mar
buscando
el monte
la espesura
otros pumas
reconocerse en su ámbito
volver a ser rey en su laberinto
la playa no es para los pumas
la imagen de Lautréamont
ahora es esa poderosa anatomía
con el sonido de sirenas y motores
el aire sucio de las calles
diseccionado el instinto de la bestia
que camina sola
mientras el rumor del oleaje
le acaricia las orejas
emite su grito salvaje en la negrura húmeda
no un rugido
sino un llamado estridente
un maullido agudo
levantando el labio
en gesto bufonesco
inútil
agazapado
solo
estamos lejos
lejos
perdidos
ya no hay salvación para el animal
***
caminé y caminé
gran agua
ne´etaxaal’ec*
profundidades acuáticas
cielo invertido
detuvo mi paso
ansío roca
oscuro acá
es bueno oscuro
gran agua cielo
me moja el pelaje
sonido
viene de lo profundo
entrechocar de estrellas
se va y vuelve
brilla
en lo callado mucho ruido
patas panza cola
lqui´i*/espíritu
en esta forma
ahora
sauaxaic*
puma no´ovet*/dueño del monte
pero acá no es monte
caminé y caminé
II.
Carta revolucionaria N° 2
El valor de una vida individual es un credo que nos enseñaron
para infundir miedo e inmovilidad, “vives solo una vez”
una niebla en nuestros ojos, somos
infinitos como el mar, inseparables, morimos
un millón de veces, cada respiración vida y muerte:
levántate, ponte los zapatos,
arranca, alguno terminará.
(…)
Diane Di Prima, Contéstame, baila mi danza, 2020
un puma se adentró en el bosque
afila sus garras en un tronco
preparándose para la cacería
en el atardecer
su cuerpo atraviesa las horas
entre los árboles
mira
olisqueando el aire
buscando una presa
no sabe
que la presa
es él
***
percibo
algo se mueve
voy
se mueve
ando callado
percibo
latidos
muchos
algo se mueve con miedo
III.
Algunas preguntas que puedas tener
¿Es el alma sólida, como acero?
¿O es tierna y quebradiza, como
las alas de una polilla en el pico del búho?
¿Qué tiene, y qué no?
Miro a mi alrededor.
La cara del alce es tan triste
como la cara de Jesús.
(…)
¿Por qué habría de tenerla yo, y no el oso hormiguero
que ama a sus crías?
¿Por qué habría de tenerla yo, y no el camello?
Piénsalo…
Mary Oliver, Contéstame, baila mi danza, 2020
otro puma anda por las calles
las camionetas
lo asedian
lo filman
perseguido
no mengua la marcha
camina
contoneándose
con el rugido pegado al pelaje
un ser extraño
en un mundo extraño
reproducido
infinitas veces en los celulares
las tablets
las noticias
replicado
en mil pantallas
mirándolo
desde la comodidad de los sofás
dándole me gusta
a las publicaciones del puma
vagando
solo
***
asedio
ruidos extraños
luces
no de cielo
agrio el paladar
seca la lengua
ne´etaxaal’ec*
gran agua no se toma
no hay presa
IV.
un puma
pisa el césped recién cortado
el olor
activa su reflejo de flehmen
impacta en su órgano bomeronasal
se parapeta tras un sillón de madera
descansa
con la boca abierta
un leve jadeo
adentro
las mujeres
lo perciben
en sueños
se revuelven en las camas
piensan que es el calor
las zancadas de la bestia
eriza los cuerpos
se escurre con sigilo
agazapado
detrás de las órbitas
en los cuartos
las presas duermen
la bestia se adormila
su instinto atávico le advierte
que no está a salvo
oye
un murmullo
alguien aún despierto
sigue las noticias
de un puma suelto
ve los reflejos azules parpadeando en la calle
algo
lo inquieta
no está acostumbrado a ser presa
en otros tiempos fue un dios
recorriendo los montes
entre los vivos
ahora
es una exhalación
trepa
por las espirales del sueño
una sombra
por el rabillo del ojo
el zarpazo en las pupilas
un rugido
que asciende por la nuca
late en los pasillos
las palabras a medias
punzada en el esternón de la desconfianza
suelto
un puma
es miedo
***
El poema como máscara
Orfeo
(…)
Ahora, por primera vez, el dios alza su mano,
los fragmentos se unen en mí con su propia música.
Muriel Rukeyser, Contéstame, baila mi danza, 2020
soy ahora
este cuerpo
memoria de los otros
del aviaq le´c*
habitante del monte
vuelvo a la noche
busco
Yvimaranae y
la tierra sin mal busco
me susurran los ancestros
vengo a renovar su huella
mi existencia enlaza los mundos de arriba y abajo
sustancia de los dioses
si mato no doy muerte
anudo la sangre de otro en mi propia sangre
no me regocija el dolor
somos uno
llama mi instinto
no miedo
quenaquiaxai la at*
viento del norte
nte la´at*
viento del sur
llaman
roqshe*
la gente de acá
es ciega
somos siyaxaua*/hombres espíritu
nosotros somos
sauaxaic*/puma no‘ovet*/dueño del monte
miztli
chihisaba
suçuarana
yagua pytá
somos espíritu
y vuelvo
en esta forma
sauaxaic*
puma vuelvo
para que vean
*
Palabras en lengua qom.
“La cosmovisión qom no discrimina la naturaleza de la cultura (fenómenos atmosféricos y animales son pensados, en ciertos contextos, como personas) y la vida social no es concebida como el resultado del accionar exclusivamente humano (Tola, 2012) Para los qom, como para otros pueblos indígenas, la vida social de los seres humanos es concebida como uno de los tantos mundos que existen y que están relacionados entre sí. Los habitantes de estos mundos son tanto los animales y las plantas como los muertos…”
En Qom (tobas) y moqoit (mocovíes). Antiguas y nuevas andanzas por el Gran Chaco. Ministerio de Educación y Deportes de la Nación, 2016.
IX
Acerca del imperio
Seremos reconocidos como la cultura que le temía a la muerte
y adoraba el poder, que buscó vencer la inseguridad
para unos pocos y poco se preocupó por la miseria
de muchos. Seremos reconocidos como la cultura que enseñó
y recompensó la acumulación de cosas, que poco
dijo, si dijo algo, acerca de la calidad de vida de
las personas (de otras personas), de perros, de ríos.
Mary Oliver. El pájaro rojo, 2019
Si todo orden
es aleatorio, me sujeto
a éste, aunque precario
eterno en mi mirada.
Diana Bellessi. El jardín, 2021
cincuenta mil pumas
quedan en el mundo
la cifra cede
empujada por la caza
arrasado el monte
obligado a buscar el sustento entre quienes le han quitado todo
plaga para los invasores
cuarenta mil pumas
caminan en distintos continentes
un peregrinar de siglos asediado por los hombres que lo echan fuera del monte
a fuerza de máquinas
se comen el monte
a fuerza de fuego y humo que se come el aire
treinta mil pumas
amanecen en una tierra cada vez menos suya
se repliegan
duermen en sus madrigueras
dan a luz a otros pumas
nacen huyendo
no aprenden de sus madres cómo vivir
porque el hombre las caza
veinte mil pumas andan huérfanos por el mundo
la voracidad de hombre devora el monte
con voracidad devora el puma
los animales que el hombre pone en su territorio
y ahora es coto de caza
no para el puma
para quien el ganado es la única presa posible
en un territorio surcado por arterias de cemento
que aprisionan el monte
lo comprimen
lo acorralan
lo trituran
lo incendian
cuatro pumas salen al coto de caza del hombre
y se convierten en presa
del miedo del hombre
que sale a cazar pumas huérfanos
a los que les ha robado el monte
encontraron cuatro pumas muertos en la ciudad
los veo desde mi ventana