Bajo el sol
las hormigas en fila
van y vienen
una tras la otra
por una pared de cemento
de un balcón
en un noveno piso.
¿Será
el ruido de la calle
un silencio para ellas?
Mi codo izquierdo
apoyado en la ventana
y la mano en el volante.
A la máxima permitida,
canto a coro con la radio:
“dos veces con la misma red”.
Acelero
y paso a un par de autos.
Quiero llegar a casa,
ver a los gatos
que empujen mi mano
con sus cabecitas
para que los siga acariciando.
Ahí mismo
me doy cuenta
un poco orgullosa de mí,
otro poco
casi frustrada:
ya sé manejar.
Hace tres meses
saqué el carnet.
Hace un mes y medio
tengo el auto.
Y ya puedo manejar.
Llego a casa.
Vos estas cocinando.
Berta y Hugo se acercan.
¿Qué camino hice?
¿Qué avenidas agarré?
¿Cómo estaba el tanque,
el tráfico? ¿Y el cielo?
¿Solté el embrague cuando
aceleré?
Ya manejo,
sin estar manejando.
Como ahora
que estamos
a punto de comer
y veo tus ojos mirarme
y tus labios moverse
y lo único que oigo
es esta voz
que entra y me pregunta
si con vos
será lo mismo.
Si te estaré amando
así
sin amarte.
Entra la ráfaga dorada
que corta el aire,
el polvo diseminado tras los días flota
incalculable
irreverente.
La muerte, un poco,
todos los días.
salgo a la siesta
una mano anestesia
es viento serpiente
que se mete en mi piel
es
un entre tibio
que suelta los acentos
y disipa
es
un acuerdo
salgo a la siesta
al entre
donde me pertenezco
anónima
Tres de la tarde
es la hora en que siempre llegas,
decís a la una y media
pero tres de la tarde
es la hora en que llegas.
Querés comer,
ver algo de tele,
dormir la siesta, bañarte
y volver a salir.
Tenés menos de dos horas.
Arrancás:
tesacás la ropa,
quedás descalza
en corpiño y bombacha.
Desde el comedor
ya huelo la comida que se quema
mientras haces otra cosa.
Volvés, la sacas,
prendés otra hornalla
tellevás la acelga marchita a la boca,
apagás la hornalla,
el café está listo,
lotomás mientras buscas unos papeles
yterminás de comer.
Dejás todo así como está,
abrís la ventana para dejar que el humo se vaya
lo más rápido posible.
Vas a tu pieza, te acostás
con control remoto en mano,
hacés zapping.
Empezás a toser.
Me quedo quieta,
más todavía.
Seguís tosiendo
cada vez más fuerte,
con un ruido ronco
que llena la casa.
Te levantás,
vas al baño.
El vómito
es una catarata
que sale de tu garganta
pero el sonido no tiene agua.
Cada arcada
raspa y escarba.
Estoica
volvés a tu pieza,
a los minutos
ya estás dormida.
No abro la boca,
no emito sonido.
No pregunto. No me meto.
Como dijiste que haga.
No actúo tu rol,
mamá.
Quedo
en la misma posición,
sentada con mis ojos en la tele.
Puede
que una catarata sea piedra.
Eli Tomassini nació el 23/02/1988 en Punta Alta, provincia de Buenos Aires. Vivió en Mar del Plata donde se egresó como Licenciada en Economía de la Universidad Nacional. En paralelo, estudió canto y teatro. Actualmente, vive en Capital Federal donde toma talleres y escribe. En agosto del 2019, editó su primer poemario: Algún recuerdo de intimidad, editado por Alción Editora. Algunos de sus escritos pueden leerse ig: @liana_et y ig: @elitomassini.