Poemas de Gaby Bravetti

Madeja


Cansada de dejar cabos sueltos 
la próxima vida se enrollará en ellos 
como gato en madeja. 

Hilos sin nudos, promesas que quedan 
en la incertidumbre 
brotes que no sabemos 
si verán luz, si el karma 
abrigará sus motivos.

Mientras tanto repito 
lo que empieza y termina 
en el día
el rito
cocino, escribo
hago cuentas de ayer.

Pan para hoy 
pero es mañana 
que me abre el apetito.

En el llano


En aquel momento 
todo parecía grabarse 
a fuego
imposible pensar que olvidaría 
mes, día, nombre exacto de la calle.

Parada en el borde del antes y después 
en la cima del acontecimiento
la vista se extendía 
hasta siempre.

En el llano 
hoy a la tarde
me viene el gusto de frutillas
¡Era octubre entonces!
Carnosa dulce
la maravilla que nos dejaba 
sin palabras 
cabía en una boca.

La herida


La herida. 
¿Cuál de todas? 
Digo con los ojos 
hundidos en sus fosas 
algo queda del verde 
en ese musgo.
La herida 
dice la voz del médico. 
Muéstreme su herida. 
La costura prolija
en diagonal
mapea lo que no hay.
De mi boca sale 
dolor en hilachas.

Hiedra en la pared


¿Qué tan muertos están 
todos mis muertos?
A esa duda 
se afianza la humedad 
de la melancolía. 
En la pared del pensar brotan
yemas nuevas de la hiedra
en pleno invierno.

Todo quiere cubrir 
con hambre de vida.

Solsticio 

(escena de interior) 


Tan adentro la semilla 
sólo unas pocas corolas
se han abierto 
un tulipán   una violeta 
el resto duerme como 
lo hace también 
tu parte blanda. 

Somos apenas 
concéntricos 
no se expande 
la ternura

Me pregunto 
si sol y rayos 
aunque tibios 
tocan el punto 
del hambre 
 
tu animal de invierno.

Bajo el ciprés


Cuando tus hijos adolescentes
van por primera vez al cementerio
se quedan mirando los pájaros
descubren una especie nueva
bajo la sombra de un ciprés
torcido
al salir 
les incomoda la ropa
de pronto
tira y aprieta en las costuras.
Sus almas estuvieron levando 
como un pan crujiente.

Día del té


Esperé la lluvia
como se esperan visitas
dispuse los almohadones
mañosamente
una hilera ordenada
lo único que podía
enderezar mi voluntad.

Dos canciones para mi cita
una cantaba al recuerdo
otra lo lavaba.

Tapé la tetera
ya viene, dije
un tazón gigante
se ahueca mientras
empieza a caer
el vapor antes que el té.

Hoy quería ser yo
la que observa caer.

Horario de visitas


I
Ese cordón que una vez 
se cortó por seco
raíz sin tierra
al fin del día vuelve a bullir
nutrido por los líquidos
de tubos y llanto 
en sueños.


II
Aquí y allá se escucha
un lamento susurrado
un llamado 

que se equivoca de piso
cuando un par de mujeres viejas
reclaman a sus madres
para que acomoden sus cabezas
ya livianas
en la almohada.


III
En este mundo sin noche
a mi madre le gana 
lo oscuro 
y se va
sin avisar a dónde.
Lo que hemos sido juntas
flota en el aire
no pesa nada.
Yo veo en sus ojos
la pila de años 
negando el sentido
de todo cuánto quise.

Se han puesto amarillos
como los de un gato
escurridizo.

Vidalita


Todos seremos nombrados
al menos una vez

en la ausencia
parte de ese eco
canta al duelo
suena a vidala y a caja
de madera

con pulso rítmico
de un árbol
que también estuvo vivo.
Vuelve al mundo
la voz prestada.

Biografía

Gaby Bravetti nació en La Plata en 1972. Estudió Licenciatura en Psicología en la UNLP, donde es docente. Además de su práctica profesional clínica, coordina actividades grupales que aúnan el psicoanálisis, el cine y la literatura. Participó de diversos talleres de escritura donde profundizó su interés por la relación entre poesía e imagen. Luego de un recorrido por la escritura académica, publicó este año su primer libro de poemas Todo volverá a reunirse, editado por Griselda García Editora