Madeja
Cansada de dejar cabos sueltos
la próxima vida se enrollará en ellos
como gato en madeja.
Hilos sin nudos, promesas que quedan
en la incertidumbre
brotes que no sabemos
si verán luz, si el karma
abrigará sus motivos.
Mientras tanto repito
lo que empieza y termina
en el día
el rito
cocino, escribo
hago cuentas de ayer.
Pan para hoy
pero es mañana
que me abre el apetito.
En el llano
En aquel momento
todo parecía grabarse
a fuego
imposible pensar que olvidaría
mes, día, nombre exacto de la calle.
Parada en el borde del antes y después
en la cima del acontecimiento
la vista se extendía
hasta siempre.
En el llano
hoy a la tarde
me viene el gusto de frutillas
¡Era octubre entonces!
Carnosa dulce
la maravilla que nos dejaba
sin palabras
cabía en una boca.
La herida
La herida.
¿Cuál de todas?
Digo con los ojos
hundidos en sus fosas
algo queda del verde
en ese musgo.
La herida
dice la voz del médico.
Muéstreme su herida.
La costura prolija
en diagonal
mapea lo que no hay.
De mi boca sale
dolor en hilachas.
Hiedra en la pared
¿Qué tan muertos están
todos mis muertos?
A esa duda
se afianza la humedad
de la melancolía.
En la pared del pensar brotan
yemas nuevas de la hiedra
en pleno invierno.
Todo quiere cubrir
con hambre de vida.
Solsticio
(escena de interior)
Tan adentro la semilla
sólo unas pocas corolas
se han abierto
un tulipán una violeta
el resto duerme como
lo hace también
tu parte blanda.
Somos apenas
concéntricos
no se expande
la ternura
Me pregunto
si sol y rayos
aunque tibios
tocan el punto
del hambre
tu animal de invierno.
Bajo el ciprés
Cuando tus hijos adolescentes
van por primera vez al cementerio
se quedan mirando los pájaros
descubren una especie nueva
bajo la sombra de un ciprés
torcido
al salir
les incomoda la ropa
de pronto
tira y aprieta en las costuras.
Sus almas estuvieron levando
como un pan crujiente.
Día del té
Esperé la lluvia
como se esperan visitas
dispuse los almohadones
mañosamente
una hilera ordenada
lo único que podía
enderezar mi voluntad.
Dos canciones para mi cita
una cantaba al recuerdo
otra lo lavaba.
Tapé la tetera
ya viene, dije
un tazón gigante
se ahueca mientras
empieza a caer
el vapor antes que el té.
Hoy quería ser yo
la que observa caer.
Horario de visitas
I
Ese cordón que una vez
se cortó por seco
raíz sin tierra
al fin del día vuelve a bullir
nutrido por los líquidos
de tubos y llanto
en sueños.
II
Aquí y allá se escucha
un lamento susurrado
un llamado
que se equivoca de piso
cuando un par de mujeres viejas
reclaman a sus madres
para que acomoden sus cabezas
ya livianas
en la almohada.
III
En este mundo sin noche
a mi madre le gana
lo oscuro
y se va
sin avisar a dónde.
Lo que hemos sido juntas
flota en el aire
no pesa nada.
Yo veo en sus ojos
la pila de años
negando el sentido
de todo cuánto quise.
Se han puesto amarillos
como los de un gato
escurridizo.
Vidalita
Todos seremos nombrados
al menos una vez
en la ausencia
parte de ese eco
canta al duelo
suena a vidala y a caja
de madera
con pulso rítmico
de un árbol
que también estuvo vivo.
Vuelve al mundo
la voz prestada.