Vamos a morir juntos
tomados de la mano
saltamos al abismo
del suspiro inalcanzable.
Yo encuentro un panadero,
deshojo margaritas,
me quiere mucho, poquito, nada.
El último deseo
antes de volver a empezar
tras el anhelo constante
de la piel derramada
al hechizo delicado
de la tarde en primavera.
Donde somos:
al mismo tiempo
el valle y la montaña
átomos que brillan
el latido de los cuerpos
el canto de los pájaros
la creación y su contento.
¿Luz?
Te veo mejor en la oscuridad no necesito luz
Emily Dickinson
Se asoma
entre las grietas
parece un rayo.
Recuerdo que en Chile
nombran maravilla
al girasol.
Tal vez
por su constante intento
de acercarse a la luz
con la amarilla esperanza
de ser un pequeño sol
en ésta mi verde constelación.
Soy una gota más
en el mar Atlántico.
Habito la pequeñez de mi vida
donde
admito
la sencilla felicidad
pero
no me cabe
entre las manos
se resbala.
La saboreo
lento en la boca
mientras se derrama,
transformada
en sonrisas
en mis ojos
en los tuyos
y los nuestros.
Se agiganta
en la ventana
de la palabra amanecer.
Un perro, un día:
Camino por la misma plaza.
Ritual.
Escucho crujir la helada
en mis pisadas.
Doblo una esquina hacia el sur.
Me encuentra un perro negro.
Charlamos (yo con él )
Rulfo hablaba con los muertos.
Ahora,
soy como Laurie.
Un perro y yo
caminamos rumbo a la ciudad.
Todas las voces ladran conmigo.
Después de unas cuadras desaparece.
Tal vez
no olfateo
más mi soledad.
En el ritual de la existencia
estoy presa,
soy mi celda cotidiana.
Orbito
sin satélite
con obstinación
hacia el dolor.
Soy parte constante
de un sistema
que discute
con las sombras.
Recojo los huesos
de la memoria,
les doy forma
ahora soy la mujer esqueleto.
Cuando yo sea
la voz del viento
¿Quién me recordará?
Cuando mis oídos
estén sordos
¿Quién cantará mis canciones?
En lo alto del sol de verano
¿Quién dibujará mis pies?
Tiempo
Tráeme una puesta sol en una taza
Emily Dickinson
Hace un día azul y blanco/hoy amanece (no es poco)/organiza un instante/datos del
solicitante/nombre y apellido/edad peso altura/foto ¾ perfil derecho e izquierdo/estado de
poesía incipiente/radiografía del tórax donde se destaque el corazón/¿en cuál bolsillo de su
pantalón guarda las llaves de su hogar?
Mientras tanto transcurren los segundos, las horas. Ordena la casa con la fricción de rasgar
los pensamientos.
Es tan fácil volverse memoria
dejarse traspasar por la luz
fabricarse un recuerdo
a la medida del propio tiempo.
Epílogo
¿Cuál es la temperatura
de un abrazo?
Se pregunta la muerte
mientras afila su hoz,
extiende el mantel de estrellas
donde cosecha
amores de corta raíz
de tibio vuelo
sin destino.
Así
marchitan los huesos
renacen amapolas.