carroñero
muerdo con los ojos
lo que no puedo decir
alguien sobrevuela
la herida
como un carancho
ojalá seas vos
ojalá te pudras
y la noche te encuentre
en el sepulcro embarrado
como una marioneta del basural
tatuaje humeante
una llama se lanza sin permiso
en la habitación de mi infancia
hay olor a juguetes quemados
el hollín garabatea mi piel con una aguja
caigo rendida ante la negrura de su tinta
y el dictador del infierno baila un tango con la marea ardiente
alguien aplaude a los vecinos
que ofician de aquamanes de la vida
la niña que fui
sigue en el incendio
inoportuna
¿cuántas veces
pedí peras al olmo?
¿cuántas veces no
coseché mi siembra?
alados
cadena perpetua
por llevar plumas
libertad condicional
por nacer humanos
¿se puede extraviar un ave?
¿se puede elegir la piel?
pájaro azul
Virginia Woolf
cazaba mariposas y polillas
cuando él habla
los insectos voladores recuperan la libertad
monarca
dama pintada
borde de oro
revolotean
mientras todo pasa de largo
él se posa en el ramaje de mis pensamientos
como un estornino pinto
foráneo en cualquier bar porteño
nativo en un continente con mar
de madrugada
es poema con plumas azules tornasoladas
para transformarse en medicinal
con el sol
a diferencia de Bukowski
no lo oculto
no soy dura con él
lo quiero vivo
aleteando con plenitud
porque no se puede amar a un pájaro
y pretenderlo enjaulado
mucho menos a un pájaro azul