Poemas de Manuel Sánchez Ruíz

*

 
También es parte de la lengua
el cuerpo

hablada, gastada la lengua
contiene al cuerpo en un solo punto

en la humedad de tus axilas
por ejemplo
las venas de tu cuello

el cuerpo es lava derramada

absorbe, lame, se alimenta de todo
hasta estallar.

 

*

 
Todo lo que la lengua toca
está vivo o naciendo, y suena
en su música natal
un volúmen del cuerpo
no su tamaño ni su dimensión
no sólo eso

es la amplitud de una onda
el recorrido de los hombros
omóplatos, brazos, piel
el espacio entre los dedos

una lengua recorre el volumen y la forma
la frecuencia que se mueve
de mi cuerpo al tuyo
de menos infinito a cero

suena como el canto de un pájaro
el volumen lejano o cercano
a veces tan bajo
que hay que poner la oreja
sobre el pecho para oír
adentro una frecuencia

poco frecuente, boca con boca
venas que se tensan
como arroyos en el cuello
y en los brazos

todo lo que la lengua toca
está vivo en el cuerpo y nace
recorre la onda, fuga se derrama
así, sobre cualquiera de los dos.

 

*

 
Que el cuerpo sea una puerta
un umbral del que las cosas
entran y también salen

que te vuelvas extranjero
para la boca, red tejida
que aguante y no devore

que el cuerpo suelte eso que traga
el silencio lo suelte
difícil de masticar

salgan las cosas que entran, sí
que entran, entran, entran
vos, él, los demás

que sea un umbral, sí
pase la luz por debajo o a través
se abra y se cierre

que el hambre equivocada no muerda todo
lo que entre salga
y si no sale

y si no sale el cuerpo
no se vuelva piedra
que pesa muda

no se vuelva fósil más bien
cerradura
para ver hacia adentro.

 

*

 
Pero el cuerpo no es el cuerpo
son pedazos
piezas que encajan mejor o peor

no como una máquina, mas bien
un misterio

una persiana baja por la mañana
cortina corrida que deja ver
pequeños momentos de luz

se crean y desaparecen y la sombra
también es el cuerpo

las cosas funcionan o no funcionan
la luz filtrada divide
el sí del no, el cuerpo que tiembla
bajo el peso de otro
de los espasmos que piden más

a esta altura uno creería
en la domesticación pero no
no responde y se agita
y el momento pasa

se apaga el cuerpo a veces
oscurece para que no lo veas

sin aire mi cuerpo entero
es un pedido de disculpas.

 

*

 
La piel se estira, es un mantel
y el cuerpo una mesa sucia
después de una celebración
una comida cualquiera o mejor

la mesa pero también los platos
las fuentes, platería tan fina
una exhibición untuosa
de restos de salsas y sobras

también una constelación
de migas de pan desparramadas
que el viento con su pico ligero
roba de ojos distraídos

el cuerpo es la uva, la gota de vino
que por la copa cae espesa
vacía resbala hasta detenerse
atravesada por el sol.

 

*

 
el cuerpo pica con la obstinación
de los mosquitos que zumban
de las abejas
que lamen las flores la miel

pican los brazos, la espalda
las estrías, un río que se abre
con la forma de un zarpazo

los lunares benignos, malignos
erupciones quemando mi espalda
o un archipiélago en mi piel oceánica

unas veces me rasco
otras me dejo arder

porque el cuerpo pica largo y ancho
mientras yo
imito el temperamento del agua

y voy y vengo y los placeres pican
las penas, pican
las flores el cielo la tarde azul

la duda en mi cabeza
el asombro del sueño
las púas en el corazón.

 

*

 
Para sus lenguas mi cuerpo
su forma en silencio como
damascos en la frutera

mis ojos, axilas, ahí
una junto a la otra las piernas
sustancia blanda, muda

cientos de fibras de tejido húmedo
raudal para los dientes, barba
labios del sueño

pueden libar y probar, sí
con hambre o placer las gotas
lava derramada, pulpa
saliva donde la boca hunde

todo lo que la lengua toca
se vuelve oro, y es mío
es tuyo el cuerpo

la lengua quema y hace
calla y nombra

todos pueden comer de mí
y yo, me alimento de todos.

 

*

 
Tal vez el cuerpo como un jardín
repose con el otoño

amarilleen sus rincones, resistan
los huesos
primeros roces de la helada

tal vez resistan también la poda
que ordene las fugas
y corrija desbordes

se acerca el tiempo de poda, sí
necesaria, sí

tal vez más adelante
el cuerpo me dé sus flores
¿y si no qué?

 

Biografía

Manuel Sánchez Ruiz nació en Buenos Aires en diciembre de 1989, y vive en Olivos. Es psicólogo. Publicó “La flecha dorada” (Alción editora, 2017), “Ojalá lo hubieras visto” (Tren Instantáneo, 2020) y la plaquette “La insistencia de la nieve” (Tren Instantáneo, 2024). Poemas suyos fueron publicados en las antologías “La lira marica, una antología de poesía homoerótica argentina” (Saraza editorial, 2022), “Putiverso, mundos maricas de la poesía argentina en democracia” (Ojo de Loca 2024) y “Brillante y fugaz, antología poética digital” (Difusión alterna ediciones, 2025).