argentino
está oscureciendo
todo pasa de gris a naranja, a turquesa
es cuestión de segundos
lo que ilumina es un resto.
todavía no prendieron los faroles
esa precaución mecánica
del Estado para olvidar
el miedo a la oscuridad
la gente, poca, que pasa
lleva un gesto indistinguible
bajo la luz que ya no es luz
entonces se desfiguran,
parecen caras vacías
o amenazas
como al mirar fijo una piedra de granito
o cualquier superficie con tantas marcas
sin forma
que con un poco de desatención,
configuran cualquier imagen precisa
que en rigor no está ahí
es 29 de diciembre,
me esperan hace rato ahí donde voy
y no puedo avanzar
quiero sentarme un poco
y que nadie pregunte
hay siluetas
que esperan adentro de autos
parecen vacíos en la oscuridad
hasta que uno mira bien
en un zaguán
hay agazapado un hombre
arrojado sobre una reposera
desnudo ante la calle
parece estar ahí
desde hace años
tampoco parecía haber nadie
en ese zaguán
pero miré de nuevo porque
salía de algún lado
una música fortísima
él se veía enojado y
demasiado sordo para aturdirse
y me devolvió la mirada de una manera
que me hizo sentir en peligro
en realidad
tenía un minishort
me imaginé
sin querer
-a veces pasa. aparece una imagen
y no me puedo escapar-:
cada diciembre
solo
sobre la reposera
de un zaguán de un barrio del norte
de la ciudad
en la radio, a todo volumen
una y otra vez el himno nacional
al mirar a cualquiera que pasa
detiene la vista
y lo hace sentir en peligro
aunque esté tirado en su reposera
y en minishort
de aquél lado de la reja
de su zaguán
judía
alguna vez dije entre judíos me siento nazi
y entre gois
muy judía
ahora veo: no parece algo propio eso
sino una parte del tema
es como el chiste del club
al que una vez que te aceptan
ya no querés entrar.
por suerte
si me concentro puedo
desconocer mi cara
no lo digo por decir
lo digo en serio
desconocerla y que me asuste
la cercanía de algo tan
extraño.
esto
esto, parece, todavía es así.
las sombras, como el tiempo, se estiran a la tarde
las cosas de adentro se iluminan de rebote, sin querer
porque las puertas quedaron abiertas
hay poemas que necesitan de imágenes
que buscan la foto como quien tantea
esperando que le alcancen un bastón
no nos contentamos con
la pierna coja, la metáfora
de un solo pie
el sentido tiene que ir
y volver
me cuesta creer
en la imagen anclada en la comparación
las cosas son iguales
a sí mismas
y nada más
víctimas del cotejo
sometemos todo
al examen y al símil
vemos, frenéticamente, semejanza
no subyugues
no acerques:
como dicen
cuando me desespero
una cosa es una cosa
y otra cosa es otra cosa
el poema,
la imagen.
condimento el guiso
hay un mundo en común que aparece con algunos olores
ciertos gustos o
una palabra
cuando te habías olvidado o a veces
antes de entender que existe
es como abrir una puerta: un espacio
sagrado
y gratis
lo invoco y lo ahuyento
hundiendo las uñas
en sus partes más blandas
a veces lo más claro
emerge del odio
como un montón de polvo en el aire
visible solo bajo un ángulo de la luz
sangra, pica
levanté la vista y vi
la luz que entraba, atravesando una grieta
de un vidrio azul
pero la luz entraba
no azul,
sino muy pálida
entraba indiferente
como si no se supiera
tortuosa
no sé si estaba o si apareció justo
cuando miré
pero a mí
me pareció ver a dios.
uno siempre inventa
a dios,
pero me pareció similar a lo que
me habían contado
parecido a lo que me imaginaba.
de cualquier manera entendí
era eso
de modo que bajé la vista al suelo
a la baldosa fría
y demoré apenas
en ajustar el círculo de espinas
que ya no dolía, casi
alrededor del muslo.
entonces es así
me invitan a entender.
bajo este cielo hay lugar para todo lo que hay
lo que no hay
y lo que puede haber.
extirpalo del entierro, evitá que se desgrane
en el humus
en mi muslo oculto, el abrazo de espinas
sangra
pica
me abraza
a fruta
todo sabe a fruta podrida
no es un problema
no es un sentimiento
todo sabe a fruta vieja
fuerzo otro sabor pero
lo demás se fue
es que todo tiene gusto
a fruta vieja
el olor
de lo que fue fresco
todo nos muestra
un pasado de color y turgencia
su conversión
una idea de la muerte
del tiempo