Poemas de Nadia Rizzo

Interiores

Descubro los recovecos de la casa de vacaciones
ubico las cosas que trajimos
capturo lo que está suelto
delibero y le encuentro un lugar
doblo ropa, cuelgo abrigos
escucho que mi hija lleva una silla a su habitación
para improvisar un escritorio
extiendo un mantel, es azul fucsia y amarillo
me demoro en habitar, hilvano un orden provisorio
hay otras luces, pasé el día exaltándolas
para que sean propias.

Pose 
La hija abre una furia de palabras
como la más crepitante ceremonia
quedo en la cocina, ella expande
la pose de reina enojada
sobre la mesa del comedor
a los hilos de la conversación
no los movemos con suavidad
entonces un griterío a voz viva
son las indómitas palabras grises
sobrevuelan, irrumpen como decía
en furia implacable.

Costados

Es pelo de dragón, mamá
y qué importa si ninguna
de las dos
estamos convencidas
igual hacemos el silencio
de quien cree.
Nos detenemos a tocar
este yuyo rojizo
que armó su casa
justo en la orilla
costado áspero, larguísimo
todo protegiendo
o digamos inclinado
hacia el compás del agua apresurada
agua hoy
imaginariamente custodiada.
Pisamos al animal dormido
en los metros que caminamos
río Atuel, río arriba
su pelo nos raspa
los pies.

Para llegar al río

Las calles de tierra
ahora mismo están ardiendo
si hubiera un árbol le rezaríamos
a su sombra
no hay árbol, ninguna habla
a las tres de la tarde
lo que nos rodea en este pueblo
quema y no se mueve
caminamos, le dijo a mi hija
que si una viaja
no es para estar todo el tiempo cómoda
frunce el ceño
viene un auto y mi pulgar arriba
nos deja en el agua
más cercana, entramos justo
para cambiar la piel.

Terraza

Estaba mirando
que el frío mayor
entró al pueblo
entumeció los dedos
anduvo cerros
callejeó sin rivales
luego fue
a cada parcela sembrada
lo asisten las profundidades
del poderío andino.

Tradiciones

Hago gestos que fueron hechos
me aferro porque se aferraron otros
soy eslabón, me ligo idéntica
a una línea de vida en común.

Dialecto

El único sur queda
en Sicilia
y es un punto lejano
dulcísimo
de la esfera terrestre,
la casa es la lengua:
mi abuela
subió al barco
cruzó el océano
pero nunca se mudó.

Viñetas

Se sienta en el banquito naranja
me lee una historieta mientras cocino
ofrece los detalles
no hay que perder el hilo ni la cadencia
de la habladora que no descansa
que no enmudece
fabrica los personajes
entona cada viñeta
me lee otra historieta la palabrera de voz alta
no repite sino que insiste, es distinto
carga de adjetivos el relato
para ensanchar
las paredes de la casa.

Biografía

Nadia Rizzo nació en 1978. Es trabajadora social y docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. En los últimos años ha participado en diversos talleres de escritura y de lectura de poesía.