Poemas de Paz Rotoni

1
no sé todavía
que vibrará el celular de la cirujana
en el momento exacto
de insertar la aguja
en mi costado
se distraerá ella
y perforará mi pulmón
y soplará aire seco dentro de mi cuerpo
y arrastrará arena
y volverán las gaviotas
a picotearme el cerebro
y el mangual diminuto martillará mis ojos

la anestesista no tampoco sabe
todavía
mientras el aire se expande
que tendrá que pasar
por la vía
anestesia total

yo no sé todavía
que sentiré un último fuego
en el dorso de la mano
que no llegaré a contar
diez
de atrás para delante
que esa será la última vez
que verán mis ojos cerrase
y
que no sentiré esa chispa final
ni cuando mi piel se adhiera
al tul blanco
ni como arderá el cajón
y los herrajes se volverán
negros y opacos

no sé todavía que estaré sola
que no habrá nadie que diga
“no quería velorio”
y que me tendrán horas en el limbo
antes de la fogata

2
no sé todavía
que me voy a querer ir
cuando me despierte
ni que la humedad
y el calor
sobre la punta de los dedos
se volverán hojas secas
sobre el cordón
de la vereda

no sé todavía
que los raspones
en los codos
ni el tirón en la lengua
ni el aliento del final
desaparecerán después
de unos días

no sé todavía
que mi sangre
en su boca
ni que su saliva
entre mis dedos
serán solo cutículas
que olvidaré sobre la almohada

no sé todavía
que cada vez
que desgaje una naranja
se me caerán las uñas
y serán solo piedras
que tendré que esquivar

3
supe siempre
que la última hora
llegará rápido
tan rápido como esa ola
que se esconde detrás de la escollera

supe siempre
que mi cuerpo se pondrá duro
y que ella me rozará con ternura
la gente arrima con desconfianza
la boca
contra la envoltura de otro

supe siempre que la sangre
se volverá jalea
que mis codos
se juntarán antes de cerrar el cajón
y que nadie recordará la temperatura
de mi cuerpo

no sé todavía
que la nariz se me llenara de tierra
ni que nadie tendrá mis ojos
o mi pelo
y que en cincuenta años
solo seré solo una foto en un celular

4

si salía mal
volvería al auto
comería una pastilla de menta
y manejaría hasta donde
lo volvería a intentar

si sale mal
llegaré al borde de la ruta
para verla pasar

según internet
era imposible fracasar
pero cuando no se tienen
ganas de vivir
las cosas no salen bien

preferí el campo
el galpón
y el humo del tractor
para no ver mi reflejo hinchado
sobre las chapas

era más fácil fracasar
que tomarme
unos días para pensar

si sale mal
faltara un cuchillo
en la cocina

nadie notó que lo robé
esa noche
que mi padre se durmió
mientras me vigilaba

si salía mal
me haría un tatuaje
encima de la cicatriz

si salía mal
no sabría cómo abrir los ojos
después
me esperarían en el pasillo
todos
otra vez
ya sin lágrimas

si sale mal
lo intentaría después
alguna vez
hasta que salga bien

5

Mientras la tele se agita con los gritos de los periodistas
el ganador de la lotería salta en la vereda
y el silencio de los médicos truchos
mata a miles de mujeres que quisieron ser más lindas,
preparo café.

Mientras afuera la humedad me recuerda que soy extranjera
la miro colgar la ropa en el living
entre el sillón y la mesa ratona, vuelca la bolsa de broches
y elige los de madera. Sé que usa esos porque se reciclan,
ella cree que puede salvar al mundo de los humanos.

Preparo café y pienso que el puré de zapallo de ayer
pueden ser los malfatti de hoy. Siento cómo te acercas,
entras a la cocina. Quiero mostrarte las gotas de agua
como se condensa la humedad en nuestra ventana.
No te cuento lo que pienso, no todo. Quizás use esas gotas
para un poema. Que casi nunca es de amor. Sino de planetas
devastados, con humanos que quieren salvarse del fin del mundo.

Sirvo café, siento tu perfume diluido. Ya es de noche
pasamos todo el día afuera y mañana será igual. Te toco
sabiendo que cuando te vayas voy a estar dormida.

Biografía

Paz Rotoni nació en 1977 en Tandil. Actualmente reside en CABA. Sus poemas forman parte de las antologías: “Alguien muerde el extremo de su nombre” editado por Elemento Disruptivo, “Campo” y “Niñez” de Ediciones Camalote. Su cuento “Lata de sardinas" fue elegido finalista y mención en la XIII edición del Premio Municipal de Literatura Manuel Mujica Laínez de San Isidro.