Poemas de Pilar Sanjurjo

Algo de todo esto tiene que drenar
creo que es la época del mes
la sangre a punto de caer
las gotas en el techo que no dejan de caer
los días pesando en mis párpados
todas las plantas que no regué
la forma de hablar de mi hermana
el rompecabezas que me regalaste
el insomnio y la luz tenue del amanecer
la lluvia tamizada del viernes a la tarde
diciéndome que ya fue suficiente
la forma en la que nos dijimos hasta pronto
tu piel enrojecida
el moretón violeta que encuentro frente al espejo
en mi brazo antes de bañarme
la boleta del gas vencida
clavada en la pared
la llamada de mi mamá que retumba
en las paredes blancas
el camel de tus ojos
mis cosas en el cementerio de tu casa
el cepillo de dientes que tire a la basura
mientras elegía lo imprescindible
las sábanas girando en el lavarropas
el jabón siendo insuficiente
los ácaros bailando detrás de las cortinas
la llamada que insistir en no atender
el semáforo cambiando demasiado rápido
la suave pasajera distancia entre los fines de semana
la cicatriz que dejó en mi mano tu cocina
la suave suave suave piel de tu espalda
y la lluvia murmurándome otra vez que ya fue suficiente.

Resaca hambrienta náusea violenta
y pájaros silbando demasiado cerca de mis oídos
es un dia perfecto de invierno
el sol de las tres de la tarde brilla helado precioso
para quienes se animan a salir.
En el celular tengo un mensaje de mi tía
Feliz cumpleaños, Pili. Te deseo lo mejor hoy y siempre.
¡Muchas gracias, tía! contesto
aunque hoy no es mi cumpleaños.

Claro que nada parecido al silencio existe en este departamento.
No tengo registro del motor de los colectivos
las palabras desarmadas de mis vecinos, la plaga
de palomas que hacen junta en el cableado eléctrico frente a mi balcón.

Me esfuerzo en no escuchar
el ruido constante del sistema de ventilación
las frenadas atroces de los autos
la desesperación de los perros.

Algo de todo eso se parece demasiado
a la tristeza pasajera de un domingo
cuando las cosas empiezan a dejar de moverse.

Hace algunos días me asuste en la calle
ví una rata muerta en la vereda
ahora cada vez que paso
la veo pudrirse en el cemento
siendo carroña de otras
apuñalando el paisaje sin sus ojos

Ahora cada vez que paso
me siento cómplice
podría enterrarla
decir palabras en su memoria,
algo como
fue una buena rata y aunque no la conocí
la voy a llevar siempre en mi corazón

Tengo que levantarme
y salir a comprar
no quiero cruzarme con ese cadáver
no quiero que el frío de junio me abrace.
Me va a llevar muchísimo esfuerzo
calentar este cuerpo
sería prudente no salir de casa hoy
pero si no lo hago quién va a mirar
si la ratita está bien

Biografía

Pilar Sanjurjo (Lomas de Zamora, 1997). Estudió Sociología en la UBA. Coordina los ciclos de poesía "Si tuviera un paraguas te lo daría – poesía para las amigas” y "Primavera todo el año". Asiste al taller Un sapo intuitivo coordinado por Javier Roldan desde 2021, año en el que publicó la plaqueta de poesía "Lugares comunes" por Patronus ed.