Poemas de “Un cielo firme” (en preparación)
LUNITA
Subo
en primavera subo
Trepado a la rama más alta del paraíso
subo a ver de cerca
la luna
una riña de pimpollos
un florecer de azahares
Lo que yo más siento
el sueño que quiere cantar así
como Ramonita canta en los parlantes del Puni
en la radio de Margarita
en las manos de los gurises haciendo altavoces
El baile ya empieza
de allá llega un resplandor
tiras de foquitos
-luciérnagas de alumbrar
el apriete del pobrerío-
De noche los naranjales
suena la cordiona
y la voz mecida en el agua jabonosa
se filtra entre los timbós y brachichitos
de lo que quiso ser una avenida
Sentada en su silla petisa
lavandera de todos
paseando su luz
la abuela dice
ese es mi hijo Paico
y qué lindo que canta
Ahora que estamos solos
entre las chilcas se asoma tu promesa lunar
y el sueño se hace voz tirado en el pastizal
Bailamos
El naranjo que floreció en la luna
desparrama primavera y baña nuestra desnudez
Ya no andaré llevando el sueño sin voz
Con este fuego pequeño que canta
puedo morirme despacito mientras la luna se va
“Lunita” remite a “Lunita de Taraguï” (Chámame) de Edgar Romero Maciel (música) y Albérico Mansilla (letra). El poema se inspiró en la versión de la gran Ramona Galarza.
PLEGARIA
A Maty
No hace falta inventar palabras
para nombrar estos lunes
-se inventan a sí mismas-
y dicen
compañero / merienda /
y dos sillas que ordenan la tarea
Me asistan siempre estos lunes
más allá de un lábil contrato
para hacer el seguimiento
de los pájaros y el
de alegrías que no llegan a la meta
o tristezas de pobres desempeños
Al llegar
con apenas veinte años
tu mirada tiene una frescura de caldenes
la certeza de los viajes
y lugares impensados para mí
¿Hubo retamas en los juegos de tu infancia?
Aquí, solo se ofrece
una celda con datos imprecisos
Tu trabajo es hallar la fórmula
la aprobación remota de esos sueños
de cosechas mejores /
de más tejidos/ buena leña /
de selva que salva a sus antiguos pobladores /
de esteros que reflejan cielos guaraníes /
y diversidades que cantan en las calles nuevas.
Me asista siempre tu lunes
ritual de contar otros lunes
más allá de la pena
con la que despierta la ciudad.
SEPTIEMBRE
Primer ciruelo florecido
El tren suburbano
por un instante
me regala la grafía del asombro
A orillas de lo que fue un río
la biznaga
ese yuyo de pobre aroma
revienta en filigranas
Un racimo de glicinas
se desploma violáceo
desde un patio
domingo de los pobres
Septiembre
ciruelo en la ribera
y tu sonrisa dibujada en el próximo anden
CIELO DE BOVRIL
Al cielo de Bovril
se le prenden ramos de espinillos
Por la noches esa copa florecida del aromo
tapa la tristeza
que de día se ve tan clara
y nos va chuseando los talones
El cielo de Bovril parece una gran torta asada
¿quién no se empachó alguna vez
con la miguita que le tocaba?
hasta hubo una mujer negra y refulgente
que curaba el empacho de cielo
Mi abuela Santa
guardaba rodajitas de cielo bajo la almohada
y cuando el hambre nos despertaba
las untaba con miel de lechiguana
y nos dormía bajo ese cielo
El cielo de Bovril tiene fuegos
en sus estrellas más bajas
he visto a mi madre
estirar los brazos
para encender un tizón
recorrer los candiles
hacer una masa luminosa y tierna
llenar un tazón
y en el rescoldo de su cansancio
hacernos dormir
para que el cielo no nos llene los ojos
de flores de espinillos
Del cielo de Bovril
mi hermana descolgaba labios
de luisitos y no sé que mas
los besaba y les hacía prometer
amor eterno
mientras corría saltando las cunetas
y las rayuelas que nunca tuvieron cielo
En el cielo de Bovril
los cometas se paraban largo rato
para ver a mi hermano el Tongui
haciendo rabonas o mareando
a su propia sombra
gambeteando a las maestras
tirando un centro al destino
diciendo cabecéala
Bajo el cielo de Bovril mi abuelo
se bañó muchas noches en el rocío de la madrugada
mientras apagaba estrellas en ginebras o en cimarrón ensillado
y en la oscuridad del alcohol
veía mujeres hermosas y les hablaba
Un día vi en ese cielo de Bovril
unos ojos celestes
los miré me miraron
los bajé de ese cielo tormentoso
daba vergüenza andar
con esos ojos mirándome
y los escondí en un nido de golondrinas
Ahora vuelvo al cielo de Bovril
a buscar esos ojos que ya no me miran
para ver el cielo
y las estrellas bajas
y las flores de espinillos del cielo y de la tierra
MANUEL
A mi hijo
Me he preguntado, Manuel,
por las notas y el tono de tu nombre
las que dieran el color
y la luz a tu sonrisa
¿Qué nota, Manuel?
¿La de los paraísos de tu infancia
que al doblar la esquina
reventaban en cada primavera?
¿La de Manuel J Castilla vibrando
en zambas de pastorcitos o hacheros?
¿La de pueblos lejanos que evocaba Serrat
y tu madre cantaba
con esa nostalgia adolescente?
¿O esa nota de nácar en llanto
que Marziali vidaleaba
en noches de vino?
Te cuidé en sonido y luz lunar
De tu cuna colgaron cintas siderales
mientras te mecía en truncas, vidalas,
eléctricos sueños
o voces de un cantantes de jazz
Ahora suena en el aire
El Manu hermano / el Manu amigo /
el Manu enorme y manuelhijo
y me digo que las notas
no están solas en tu nombre
Cantás sostenidos en celo
y se iluminan tus ojos brillantes y cantás
cuando estás triste redoblás tus manos
en el parche del tambor
y bailás al filo de un intervalo imposible
Cantás / bailás
Me digo que las notas
se inventaron todas con tu nombre, Manuel.
OLLIN Y EL ÁRBOL DE NARANJAS
Y vamos a sembrar esta posibilidad de fruto,
de aroma, de sombra, poema o color.
En la redondez perfecta del día
plantamos el nacimiento de Ollin
Ollin será una danza de naranja
En su corazón florido no habitarán los temores.
Sobre su centro, Ollin, en redondo baila
y crea el mundo y mira el mundo que lo ha creado.
Su creadora descansa, Ollin en redondo baila
Mira a su padre y le pinta un símbolo antiguo en los ojos
Mira a su hermano y le imprime una canción
Ollin en redondo baila la redondez perfecta del mundo
Ha nacido Ollin y en redondo baila, baila, baila