de “arquitectura de los afectos” (Patronus, 2022)
mientras el domingo
alcanzaba el desayuno
madre dejaba al remojo
mi ropita
y tu camisa
tu pantalón de grafa Ombú
con brazos de gigante
fregaba
contra sus muslos contra la piedra
y agua mojaba a ella
la perra
las baldosas que hervían de sol
después colgaba en la soga
lo tuyo lo mío
nos disponía uno junto al otro
en un intento de unión
y yo miraba sobre el pasto
las sombras descuartizadas
jugaba a probar talles
en los que no cabíamos
bajo el goteo
ponía tus borcegos punta de acero
para vestir a un hombre
que no quería ser
tal vez la respuesta no está
en lo alto
en el altísimo
cuesta tanto convencerse
rascar las costillas
buscar entre la espina dorsal
alguna erupción
rastros en la dermis
del ángel caído
angelito negro tizón
penumbra
donde no se anima a entrar
la noche
vos
hueco de mí
eso no es maleza
es cardo
está en flor
es vos es yo
somos
lo que todos quieren
arrancar de cuajo
no sabré sacar de mi recuerdo
el olor en la punta de los dedos
que dejaba el girasol tostado
el porro ardiente
sobre la gramilla piadosa del enero
nos pareció respirar el aire
que se respira en los volcanes del infierno
y podríamos haber muerto
abrasados juntos
quemados por estrellas
en cambio vino el viento
y un par de zorros huyendo
del incendio
de “huésped de mi cuerpo” (Inédito)
los mamíferos como vos y yo
alguna vez cavamos un hueco profundo
donde arrojar los cuerpos que no arden
y vuelven húmeda la tierra
no aceptamos el mandato sobre nosotros
ni le abrimos la puerta al verdugo
mi toro manso
sueño de cada noche que repite
la historia del triunfo
¿escuchás? ¿me sentís
estás anestesiado?
en tu lomo emprendí el camino del exilio
minado de escombros que nos hizo
poderosos y fuertes
te pregunto
ahora que me inunda la libertad
de qué manera te explicaré
cuando estés echado al sol
que deberás levantar tu carne tus huesos
ir al remolino del deseo
y cornear a tu torero
apoyado tu hocico a mi plexo
una sola respiración revelará la verdad
nos une el círculo de sal y fuego
dejame que te monte fiera mía
no debemos atravesar solos este infierno
estoy fecundado de vos
mi refucilo sin trueno
acostate conmigo desnudos
soy una orilla segura
he pasado días
sin transpirar mis costillas
o agitar mi voz
hacé la promesa no exigir al pellejo
destejer otra costura
si alguna confesión vale
diré que no pude contra los hombres
me vestí con sus ropas
corrí a su lado
los escuché gritarme
guarros
su inundación como creciente
desde la ingle
por los muslos
besame mientras llueven escamitas de colores
repetí mi figura con tu lengua de creador
que perfecciona su hechura
así me crecen raíces
y trepo pasionaria
hundido en tu espalda soy espina dorsal
te sostengo y bajo al suelo
en tus ojos la espuma rasga la garganta
después del alivio
quedate
no deseo esta soledad perra cerca mío