*
NO HAY SORPRESAS
en lo que se pueda llegar a predecir.
La escritura es, un clisé constante,
no hay nada que se deje fuera de ella
que no sea propio del mutismo.
Imagino un presagio
detrás de la ventana:
el poder habla y yo me identifico.
Violencia, frente al amarillo
lo depara
al exceso de Ibatín.
Lo que podría ser,
no acontece.
Soy alambrista.
¿Cómo ser parte del contrato social?
a mi juventud le dan limosnas
de un combate entre bastones
y el escudo estatal.
Quienes dicen, ser los protectores
dan más por sí mismos,
que por lo coagulado.
Alzo mi voz,
quieren convertirme, en mercancía.
Al final, la poesía:
una ganancia con retórica felona.
Entonces, veo al rojo sol disputado,
entre la fotografía y los estudiantes,
la cabeza y quienes reescriben.
La palabra,
algún día lista para ser llevada
al rincón de los músculos, que posan
ante el museo de la derrota.
La voluntad me es ajena,
soy cancionera sin mercancía.
De lo único que vivo
en este país no tiene halagos.
Mi voluntad
escribe ya desde el borde.
La fuga de vivir,
es una representación
ante los ojos
del poder,
que utiliza la juventud
como objeto de festín.
No concierne
a lo que podría
esperar
del sacrificio
mental
por ser parte.
*
ESCRIBO LA NOCHE,
como si yo no hubiera nacido
de día.
Estoy enamorada del río,
mis pretensiones se tuercen
cada vez más minuciosas.
Lo veo y deseo de él,
lo que fue lo que es y lo que será.
Es tanta la altura de la almena
por encima del muro
que me retuerzo en la fantasía,
de despertar siendo parte
del cauce de un río
(un raudal).
*
EL FRACASO es el prólogo
a la herida.
La voluntad de saber vivir
es difusa.
Incertidumbre por mi cuerpo
: por la herida.
No me despidas así
y acompáñame a la puerta.
Dependencia: cuerda floja.
Estoy harto de bajar
por la cuerda mental.
En mi habitación
solo puedo fugarme
anclado.
*
NO PUEDO IMAGINAR un futuro
donde la lluvia se precipite hacía mí
y no sea como cada gota verbal
que fue negada
en su símil cadencia.
Soy insuficiente
en el arte de la estimulación.
Mi memoria en una ciénaga,
duda hasta de sí
repleta de nostalgia, de nostalgia
al tejido unido de la vida
que se repite sin consentimiento.
La belleza no despierta inquietud
cuando es obsoleto el pesar
que se dirige hacia mí.
*
Aquí puedo sufrir sin las caretas de la vida.
Estoy ensayando, académicamente. Recuerden: estamos en la academia
del alma. Para tener una, primero debemos lamentarnos por la existencia.
Luego, un sufragio nos cobija al darnos la limosna para despertarnos otro día.
Toda bolsa llena se pierde en algún momento. El agua que se estanca contiene la
muchedumbre aglutinada. Esta cosa es un canto a las urracas y su cuello celeste;
es un canto al pájaro tucumano y su pecho amarillo. Porque primero debemos
posicionarnos en la distancia que tenemos de nuestro hogar, para luego seguir
escuchando las sutilezas que el alma puede de pregonar.
La existencia es fatal. No piensen como yo.
Siento un exceso en todo lo que hay afuera.
Quiero seguir estando acá.