LA PARADOJA. Breve recorrido por la poesía de Carlos Héctor Trejos Reyes

Carlos Héctor Trejos Reyes (Riosucio, Caldas, 1969), hijo de Esteban Alonso Trejos y Lilia Miriam Reyes. El menor de 12 hijos, al igual que Gonzalo Arango, de quien hereda acertada y peligrosamente la misión nadaísta de “no dejar una fe intacta ni un ídolo en su sitio”
Rinocerontes. Por Andrés Pedro Alvarado

Ayer vi una escuadra de tractores, grúas, palas y aplanadoras mecánicas. Era de noche y
comenzaban su faena sobre una calle desolada. De pronto pensé que iba a ver rayos y
que aparecería frente a mí un hombre del futuro, como en Terminator.
Pero apareció mi padre, muerto entre los vivos.
Tenía el torso desnudo y una damajuana de vino.
Miraba lo incierto, el presente, con ojos que rasgaban el futuro.
TELAS, por Graciela Batticuore

Se las regalaba un amigo del padre que trabajaba en la fábrica textil de la vuelta de la casa, justo doblando la esquina. Pascual, se llamaba, y una vez al año las llenaba de retazos de sedas que le habían dado a él, también de regalo, en cantidades, por ser un buen obrero decía su mamá. Antes de Navidad solían ir a saludarlo a la casa, que estaba en San Martín, pasaban juntos un buen rato, en familia. Acostumbraban llevarle otro obsequio típico: una bebida, un pan dulce, algunas frutas secas. Después del café y de la charla compartida, Franca las llevaba a su mamá y a ella al cuartito del fondo donde guardaba las telas. Abría las puertas de un viejo ropero colmado de géneros, los esparcía sobre la mesa y las invitaba a elegir: podían llevarse los retazos que quisieran, todos los que les gustaran, decía, era lo mismo dos, tres, seis o siete piezas de género. A la señora le daba igual porque tenía demasiadas pero para ellas era día de fiesta.
Poemas inéditos de Belén Ianuzzi

Que lo que aprendí
durante este tiempo
me acompañe
por el resto
de mi vida.
Poemas inéditos de Flavia Garione

Pienso mucho en cuchillos
en llevar uno a Brasil
aunque probablemente me lo quiten
Mayo infinito. Por Violeta Gerez

Las manos proletarias
dureza de los años
El mentón endurecido.
El guiso de la noche
Recalentado.
Poemas de Diego Domínguez

Un cuervo en mi pecho,
el abrazo de mi hermano.
No necesito nada más.
Cinco poemas de Gustavo Lupano

Un poema es un auto incendiado
dentro de la chatarrería de la cabeza.
Piezas por piezas amontonadas
esperando el desguace y la venta de las partes
para reconstruir la mecánica de la vida.
Un poemario es un desarmadero extenso,
una chacarita de los días y las noches
lleno de esqueletos, cacharros y desastrados.
Poemas de Albibur

No me criaron
para ser nómade.
Apenas puedo
con los saltos límbicos
que me estallan
en el cuerpo.
Intento anclar,
Poemas de Estefania Maggiore

Germino una semilla
después de vivir veinte décadas
robando limones de su jardín.
Crece, la cuido y la dejo envejecer.