El tiempo de cada día: sobre el poemario “El reino de las agujas” de Úrsula Alonso

Amo de mi existencia las horas tenebrosas / en que se profundizan mis sentidos;
La insoportable levedad del poema

Si toda teoría del lenguaje es tributaria de una concepción del sujeto que le da sentido, cabría preguntarse sobre la naturaleza de esa subjetividad digitalizada que hemos descubierto como autor/obra de arte y que es hoy la condición de lectura de lo contemporáneo. Vale el juego de palabras: antes que un posmodernismo tardío hoy nos encontramos en una modernidad “post”.
El largo brazo del cinismo

El policía avanza entre la multitud. Lleva anteojos oscuros, viste uniforme y va a ayudar a un compañero. Una mujer se lo cruza, le empieza a gritar y amenaza con pegarle. El oficial se saca los lentes, y cargado de furia no sabe si dar media vuelta y evadirla o pegarle un cachetazo para que se calme y pare de gritar. Alrededor otras mujeres se suman para increparle que no las dejan avanzar hasta su objetivo, y entre ellas un grupo de fotógrafos que no paran de disparar. Cuando la que le gritaba empieza a pegarle en el pecho, el uniformado decide abrazarla para inmovilizarla y neutralizar la agresión. Los fotógrafos inmortalizan el momento.
Dos atardeceres en Catán

La primera vez que escuché hablar de González Catán estaba en el hipódromo de San Isidro.
Poemas de Lena Díaz Pérez

Me pasan cosas en los oídos cuando te vas
me pasan cosas en el apéndice cuando te vas
me pasan cosas en los ojos
me pasan cosas en la boca del estómago
me pasan cosas a la noche
me pasan cosas cuando sueño
siempre me dejás
siempre en los sueños me dejás
La mosca en la lengua

¡Salud compañero¡ Te fuiste, te extrañamos y eso marca cuanto te metiste en nuestros corazones. ¿Quién escribirá ahora nuestros epitafios?
Poemas de Violeta Gerez

en este arrebato de esplendor
se estrella el último aliento
Poemas de Juan Rearte

hoy, cuando me levanté, desdibujada y confundida
caí sobre mis discos como un rayo vuelto piedra:
había soñado con ella,
Pedrito, campeón de Del Viso

– ¿Qué hiciste al volver a la Argentina como campeón?
– Tenía una cita de honor. Fui caminando a Luján, a cumplir mi promesa.
– ¿Y conociste Corrientes, para cumplir con el Gauchito Gil? – Me mira y no contesta. Se atraganta con la pizza, toma un sorbo de gaseosa y por fin responde.
– No. Esa promesa no la cumplí.
La carne, el grito y la sombra. Un comentario sobre In medias res, de Leandro Surce

Sin dudas, In medias res se destaca por construir una propuesta sofisticada y original