Literatura argentina y corrección política. Por Facundo Nieto.

Algo del orden de la corrección antes que de la reescritura (es cierto: toda reescritura es corrección, aunque no necesariamente corrección política) evoca la lectura de Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara (2017).
El opaco color de la siesta. Por Fabián Domínguez

Los ojos del Tigre brillaron cuando terminó de preparar la trampa para Esteban. La orden de Cero, el comandante de cejas tupidas, era sacarlo de circulación y obtener la máxima cantidad de datos sobre personas, lugares, hechos y planes. No tenía la venia para matarlo, pero nada le dijo acerca del ahorro de energía eléctrica.
El Tigre, que atemorizaba con sus ojos de frialdad transparente, se sentía orgulloso por su desempeño en la caza mayor. Las salidas que encabezaba eran comentadas en toda la Escuela, sus colegas marinos lo admiraban y hasta le temían, mientras que los integrantes de las otras fuerzas lo envidiaban. La rutina y los ejercicios mecánicos de su carrera de oficial lo habían hastiado, y solo la acción permanente y la sangre derramada colmaban su sed de guerra. Conocía la selva a la perfección y tenía la información precisa de sus presas. Trabajaba con plena libertad, podía usar los métodos más insólitos, desde salir a navegar con alguno de los apuntadores hasta ir a patear la puerta de cualquier casa y saquearla, según la necesidad del momento. El insomnio lo hacía más eficiente, podía trabajar varios días seguidos sin parar. Muchas veces se encargaba de los interrogatorios, y su voz metálica quedaba grabada a fuego en los oídos de los prisioneros.
Poemas de Karina Leandro Ardizzone

No soy
un perro o una estrella
o la angustia de los domingos a las siete de la tarde.
No soy un dios griego dejando descendencia
ni edipo bebé asustado en la canasta
o el oráculo insistiendo en predicciones inentendibles.
Cinco textos de Michelle Bendeck Bedoya

Nunca caminé sola por la calle Alberdi. Pero hoy la voy a seguir entera, hasta la casa de las gallegas en Floresta. Necesito caminar, y pensar en cosas que sólo se piensan cuando se camina. ¿Cuáles cosas se piensan cuando se camina?
Poemas de Lucas Fulgi

Ya no es madera la madera
ni metal el metal; está hecho de arte,
de los sonidos que crecí
al tocarte, vivir:
lleva tu cuerpo las marcas de mis errores,
ya son memoria, y así mis manos
sienten camino y aprendizaje.
Formas. Por Eric Schierloh

——————————El agua
que una vez corrió por el río
entre piedras de endurecido
silencio
ya no es río
sino otra cosa.
Selección de poemas: Manuel Sánchez Ruiz

el año dos mil quince
empezó esta mañana gélida
con mi cabeza apoyada sobre tu hombro
en las barrancas de belleville
El árbol de mis alas. Por Andrés Castillo

Hay horas, días,
semanas,
meses de tormentas
y lluvia de cuchillos
sobre el alma
Hay vientos y mareas
que como tifones
nos alcanzan
El sentido del silencio: la elipsis en la narrativa breve de Rodrigo Rey Rosa. Por Bárbara Jelen

Poco sabemos de la literatura guatemalteca. En el mundo académico no hay, prácticamente, mención a la literatura de este país pero hay mucho que de ella debemos aprender. Por empezar, su origen radica en la literatura maya, siendo el Popol Vuh, su libro principal. Si viajamos un poco más adelante en el tiempo, nos encontramos con Miguel Ángel Asturias, quien ha retomado los relatos míticos de los tiempos precolombinos para transcribirlos y difundirlos a las nuevas generaciones, y Augusto Monterroso que con sus microrrelatos nos permitió imaginarnos mundos fantásticos, actualizando los elementos mágicos e incorporándolos a una realidad conocida por el lector. Estos son, de forma muy básica y escueta, los autores principales que nos han llegado y que conocemos de la literatura de ese país.
Poemas de Rafael Sevilla

escribir sobre underwood
borges o el gobierno
es una ilusión
de sábado
un vecino interrumpe
saca los parlantes al sol
y pablo lescano
suena en todo el barrio
y por el vino
y porque nos gusta
cantamos y bailamos
todos
en la vereda
esa cumbia
de las peores
que espanta chetos
y progresistas de starbucks